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DULCES
Más que hablar de artesanías, en el rubro de la elaboración de dulces, encontramos toda una tradición culinaria, resultado de la mezcla entre dos culturas; la prehispánica y la española.
De entre los variados, exquisitos y refinados dulces michoacanos, se destacan el ate (elaborado con varias frutas, las más usuales guayaba, membrillo) las morelianas, lo jamoncillos, los chongos zamoranos, la cajeta, así como la calabaza, higos y camote en piloncillo, no nos pueden faltar los deliciosos buñuelos que se acompañan con un delicioso atole blanco.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Uno de los pilares en la tradición dulcera michoacana, es la Fábrica de dulces “Paraíso”, ubicada desde el año de 1935 en Pátzcuaro, Michoacán. El iniciador de ésta fue don Jacinto García Ordaz:
“Con tan solo dos cazos de cobre, una pala de madera y dos hornos de leña, empezó haciendo cocada y jamoncillo de leche, en ese tiempo, sus recursos económicos eran escasos y con la ayuda de su esposa María Ruiz Alipio y sus once hijos salían a vender a los estanquillos de los alrededores; pero eso no era suficiente para las necesidades de la familia y don Jacinto García Ordaz, le pidió a su hijo Fernando García Ruiz, que lo acompañara a la ciudad de Morelia a llevar dulce, y vieron que el mercado para sus productos era más extenso y decidieron que Fernando García Ruiz se quedara en Morelia e iniciara por su cuenta la elaboración de dulces.
Contando en ese entonces con dieciocho años se puso a trabajar solo, y se iba a los portales en el centro de Morelia a entregar su mercancía para así ayudar a su familia, fue así que después de cinco años contrajo matrimonio con la señorita Selfa Guerrero Padilla quien junto con él, continuaron la industria dulcera, elaborando cocada con higo, jamoncillo con nuez y fruta cubierta. Años después trabajaron la formula original del rico alfajor, de esta unión hubo seis hijos de familia de los cuales, uno seguiría esta tradición. Fernando García Guerrero y su esposa Rosa Martha López miranda, inician en el año de 1983 con seis cazos de cobre y cuatro hornos en una casa habitación acondicionada para poder trabajar, pues no contaban con muchos recursos económicos, pero si habían muchas ilusiones, ganas de trabajar y de salir adelante, lo único que se trabajó en ese tiempo fue cocada envinada con higos, jamoncillo de leche con nuez, alfajor y fruta cubierta, como son: higo, camote, calabaza, chilacayote, piña, pera, naranja, tejocote, durazno y biznaga ó acitrón.
Con el paso de los años la idea de Fernando fue de crecer y hacer una industria dulcera conservando las formulas caseras y dar a conocer el sabor de los dulces típicos morelianos, heredados por su abuelo y su padre. Fernando se puso a trabajar y sacar formulas junto con su esposa, y lograron elaborar más productos dando al mercado, mayor variedad de dulces como son: cocada con miel de abeja, cocada al natural con pasas, cocada horneada, jamoncillo con piñón, jamoncillo con café, jamoncillo de chocolate, jamoncillo choco-nuez, rollito de coco y cocada con frutas.
Dando paso a una nueva fábrica que cuenta con cuarenta y cuatro hornos para la elaboración del dulce, con la mayor higiene para la fabricación de sus productos. Cabe destacar que todas las materias primas para su elaboración son cien por ciento naturales, además se procesan cocos frescos que traen de Lázaro Cárdenas, Michoacán; y las materias primas son de la más alta calidad, desde su elaboración en cazos de acero inoxidable al igual que moldes y mesas del mismo material para su llenado y empaquetado. de ahí surgió el interés de la comunidad judía para comprar nuestros dulces, no sin antes someterlo a las pruebas de higiene y calidad para poder consumirlos, y en el año de dos mil uno se le otorgó a fabrica de dulces "paraíso" el certificado "kosher" el cual a abierto otro mercado para la marca paraíso, que ha recorrido gran parte de la república mexicana con los dulces michoacanos más ricos en tradición y sabor, como lo son las cocadas, jamoncillos, alfajores y fruta cubierta marca "paraíso" que compite con otros dulces en el mercado mexicano y el extranjero”.
Otra de los lugares de tradición con gran importancia para Michoacán en el rubro de los dulces tradicionales, principalmente para Morelia nuestra capital, es la fábrica de Ates y dulces “La Estrella Dorada”, así como las tiendas y fábrica “Carmelita” que tienen un sello de tradición muy agradable, con personas que visten a la usanza de principios del siglo XX y venta de jaleas, mermeladas, jamoncillo, ates, natillas, rompope, en fin, una buena variedad de alimentos dulces al paladar.
LUGARES DE PRODUCCIÓN
Morelia
Pátzcuaro