art.org.mx
JUGUETERÍA Y MINIATURA
Un juguete o juego ostenta la hermosa tarea de ser un medio de la manifestación de fantasías y mundos que ineludiblemente forman parte de nuestro ser integral como humanos.
Como en la mayoría de las culturas, los juguetes en Michoacán y su diversidad de tamaños y formas, son parte no solamente del desarrollo emocional, social y físico del infante, o no solamente ostentan un fin didáctico y de recreación, sino que al ser reflejo del entorno, coadyuvan al proceso en el que los niños se ubican y definen como herederos de ciertas tradiciones y costumbres, es decir, los juguetes tradicionales son un elemento que ayuda en la ostentación de una identidad que los define como michoacanos y consecuentemente, como mexicanos.
La gran variedad de juguetes tradicionales michoacanos están elaborados de materiales diversos, tales como la madera, cerámica, trapos, metales como el cobre, pinturas de colores básicos y alegres (azul, amarillo, rojo), fibras, huesos, y demás.
Se podría decir que una de las causas de la existencia de las miniaturas es resultado del deseo de los niños por hacer cosas de los grandes, son parte de la herencia de costumbres y utilización de artefactos empleados en la vida diaria para los adultos con los que sí puede jugar libremente el niño. Y aún más, una miniatura tiene el poder de complacer la mirada de los adultos, a manera de representación en otra dimensión de su mundo, pero sin el peso del quehacer cotidiano.
Observar el proceso de hechura de las miniaturas en la alfarería por ejemplo, es darse cuenta de que el proceso es igual que en la elaboración de los utensilios de tamaño normal; así tenemos que se producen miniaturas en todas las ramas de trabajo del artesano: la alfarería, trabajo metalúrgico, el maderaje, textil, y fibras de la verdura.
En cuanto a los juguetes propiamente dichos, creados para cumplir con ese destino de ser compañero y objeto de juegos, encontramos a las muñecas de trapo pequeñas, medianas y grandes que se hacen en Angahuan y Zirahuén, a los famosos trompos giradores y yo-yos que suben y bajan, ambos hechos de madera y con su pita de hilo, podemos encontrar también a un par de boxeadores de madera que pelean dentro de su ring al ritmo del movimiento que el niño le dé con una palanquita de madera y su liga, y juguetes hechos en Paracho, Aranza y Cherán, y los coloridos camiones de madera pequeños hicieron en Quiroga. En Paracho, se hacen charlas pintadas, acróbatas, y otras creaciones bonitas.
Recordemos a las clásicas tablitas de madera que bailan al ritmo de la mano que las maneja en sucesión escalonada, sostenidas únicamente por listones de color verde, rojo, azul, naranja, amarillo y morado.
Igualmente y gracias a la colonización, los niños pueden jugar también con los tradicionales caballitos de madera en forma de mecedora o con los que están hechos de una cabeza y crines de trapo e hilo y cuerpo constituido por un palo, imaginando que van a todo galope o que se encuentran en batalla con el enemigo.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
“En todas las culturas desde el principio de los tiempos han existido juguetes. Uno de los primeros ejemplos que se conocen son los llamados ‘mugidores’, encontrados en yacimientos paleolíticos de hace 20.000 años. Se trata de tiras planas de hueso afiladas de tal forma que, cuando se atan a una cuerda y se hacen girar, producen un sonido similar al mugido del toro.
También se han encontrado figuras o muñecas de piedra en varios yacimientos paleolíticos posteriores. A pesar de que podrían parecer simples juguetes, estos artefactos tenían un significado, probablemente relacionado con la fertilidad. No existe evidencia de otro tipo de juguetes de este periodo. Sin embargo, cuando no disponen de ellos, niños y adultos han usado siempre su imaginación para revestir con características antropomórficas a objetos orgánicos, como trozos de madera, o para crearlos con materiales como paja, piel, plumas o conchas. Estos juguetes, al igual que sus equivalentes modernos, tenían una vida relativamente corta.
En algunas culturas posteriores se introducían juguetes, muñecas y juegos en las tumbas de niños. Estas conexiones nos conducen a las primeras grandes civilizaciones, mostrándonos la existencia de juguetes arquetípicos a lo largo de las diferentes culturas y periodos históricos.”